lunes, 10 de marzo de 2008

33 HISTORIAS




Ya he vuelto a escribir, haber la vida como la venia antes, he vuelto a soñar, he vuelto a experimentar nuevos olores, he vuelto a ver caras nuevas, he vuelto a coger un lápiz y un papel y he vuelto a escribir, ¡he vuelto! He visto nuevos espacios donde poder escribir todo lo que siento y que me puede transmitir, he visto que no hay limites, que los limites los tengo yo, he visto ventanas, puertas, cerrojos donde poder ver la vida de otra manera, encima de tanta gente.

Hoy ha sido un día videoclip, seguro que mas de uno lo ha tenido, coger tu mp3 ponerte los cascos e ir andando al son de la música, que el semáforo se ponga en verde con un timbre, que alguien se cruce y te mira cuando tu oyendo la canción deseabas que alguien lo hiciera, o que te dieran un golpe en el hombre te dieras la vuelta y un perfume de CH envolviera tu cara, que un pájaro se pasara por delante y te saludara diciéndote ¡¡ espero que te vaya bien!! Escuchando la habitación roja y flipando de sus canciones escuchando una y otra vez la canción “largometraje” feist, la costa brava, el triángulo de amor bizarro, second, viajando en el tren de cercanías pensando, escribiendo, sobre ,la vida de cada persona que había en ese vagón, había de todo, seguro que había 33 historias, que eran las personas que estábamos, cada una con un principio y un final o un final abierto y yo escribiendo su novela, imaginando el por que están así, que es lo que le ha podido suceder a cada una de aquellas personas, las miradas hacían mucho, el movimiento de las manos, la forma de vestir, algunas personas llevaban maletas donde después de pararse en la parada del aeropuerto se han bajado, quizás por cuestiones de trabajo tengan que viajar, alguna como yo para cambiar de vida, otros de vacaciones y el fin de ellas ( con doce horas de vuelo hacia los ángeles) una azafata de iberia, con un bolso de iberia y unos zapato de iberia ( todo era de iberia) ¿llevaría las bragas de iberia? El metro iba pasando al igual que los trac de mi mp3, paisajes aburridos, tristes, pobres, bonitos, urbanizados y fondo negro envolvía el vagón, las caras de la gente cambiaban hasta ver otra vez la luz. De todas las escenas que vi, me quedo con las de dos caballos; uno era marrón y otro blanco con lunares grises que corrían desafiando el aire y sin ninguna complicaron ( en ese momento pensé en mi amiga Mónica que tanto le gustan los caballos) fondo negro y otra parada, fondo negro y luz, la gente empieza a levantarse no se lo que pasa, yo mientras escucho música y escribo, mientras la gente se moviliza ¿ que? ¿Qué? ¿Qué? Fondo negro. Llegamos a la estación de RENFE de Málaga, una señora de pelo berenjena y unos rabos verdes, con una bufanda negra y anillos de plata en la mano, me pregunta si estamos en el centro, ¿si es esta la ultima palabra? No la oigo me quieto los cascos y me lo vuelve a repetir, otra señora que estaba escuchando nos dice que la siguiente es la del centro con lo que me pongo los cascos y sigo con mi habitación roja y mis papeleos. Me ‘pregunto donde me puede llevar este tren, alomejor me lleva a una ciudad donde hay nomos y todos hacen carbón, o hacen las piedras de las vías del tren, una ciudad grande, con chimeneas y fabricas enormes, con mucho humo, y música; o …

Después bajo del tren y una gran multitud de gente se me viene encima, no se si seguir hacia delante si taparme la cara y que me aplaste o quedarme quieto escuchando la habitación roja, en ese momento la canción me dice que me quede quieto, me quedo quieto viendo a la gente pasar de frente mía, me quedo quieto pensando hacia donde tirar, una mujer me da un golpe en el hombro y me arrastra con la manada, a tikar el billete del tren, entrando a una escalera que se mueve sola y donde después me subirá a mi nuevo destino, aun nuevo mundo, donde no hay nomos, ni fabricas con humo, pero si donde hay música. Hay gente y mas gente y me siento feliz, ,me azota un olor a café intenso, ese que toma la gente por la mañana para espabilarse ( normal que se espabilen, yo nada mas olerlo y ya me espabilado) me dispongo a entrar a un locutorio hacer un par de cosas, me quito los cascos, y se oye un hombre tocar la guitarra, murmullo de gente andaluza, los ruidos de los coches, el pitido de una moto, el carrito de un niño yendo hacia el instituto.

Menudo día tan especial. Con treintitres historias

2 comentarios:

Anónimo dijo...

gracias Emilio
lo celebraré contigo prontito!!!!

te echo de menos
**Nerea**

Unos zarcillos pa mi luna : dijo...

FELICIDADES, Emilio. Gracias por ser puta o maricón o ambas, como yo, y por hacer del teatro una forma de sentir y vivir.

R.